Irish brand. Mucho más que Guinness

«Irlanda. Tan europeos todos, tan distintos.»

Viajar es uno de mis-nuestras pasiones. Nuestra manera de viajar equivale a una sobredosis (de las buenas) de experiencias comprimidas. Y no voy a decir que el resto del tiempo, cuando estamos enfrascados en nuestras rutinas, no vivamos momentos intensos. Todo lo contrario. Este formato de vida (¿elegido?), es acorde a nuestra personalidad. Pero, VIAJAR es abrir una caja de sorpresas. Nunca sabes bien lo que te va a deparar.

BRANDING PLACE

Sin más disertaciones sobre el tema (tengo muchas reflexiones al respecto), lo que quería contar es que recientemente, hemos podido disfrutar de un viaje, algo inesperado, al corazón de Irlanda, Dublín. En otros post, si no recuerdo mal, hemos hablado del concepto del branding relacionado con los lugares (branding place). Desde que nos movemos por el mundo de manera más natural, las ciudades, los países, han iniciado una carrera de fondo por ser los elegidos como destinos. Ahí es nada. Competir como destino implica cuestiones nada despreciables:

  • El destino puede ser de invierno, de verano. De tipo cultural o de relax, de naturaleza o urbano…
  • Un destino tiene que tener bien definidos sus valores para potenciarlos
  • Todo lo que rodea a esos valores debe progresar en paralelo. Cuando viajamos para disfrutar de un espacio histórico, esperamos encontrarnos una oferta de servicios acordes, de tradición, que hayan sabido evolucionar…
  • Sea cual sea el motivo por el que nos movemos, siempre que viajamos queremos sentirnos seguros, cómodos y pasarlo bien

Como digo, se ha abierto un nuevo mercado en el que las ciudades buscan convertirse en un espacio deseado de conocer. Aunque, paradójicamente, cuando esto llega a ocurrir, en ocasiones, los propios residentes se sientan incómodos e invadidos. Es cierto que cuando un lugar se pone de moda, puede llegar a ser abrumador el acoso de los visitantes pero, no debemos olvidar lo que esto supone:

  • Aceleración de la economía
  • Creación de puestos de trabajo
  • Posicionamiento del lugar y del país por extensión
  • Impulso en la innovación. (Si queremos seguir arriba, tendremos que esforzarnos en renovarnos)

POSICIONAMIENTO DEL LUGAR

¿A qué venía todo esto? ¡Ah sí! A que hemos tenido la oportunidad de visitar Dublín. ¿Has estado alguna vez allí? Si no lo has hecho, ¿a qué asocias esta ciudad del norte europeo?¿cuáles crees que son sus valores?

Y es que es esta es una de las partes más emocionantes de un viaje a un destino que visitas por vez primera. Por la información que recogemos, posicionamos un lugar (igual que cualquier producto) en nuestra mente y nos creamos una expectativa (mala o buena) respecto al mismo. Cuando llegamos y vivimos la experiencia de visitarlo y recorrerlo, haremos una labor comparativa inconsciente entre lo que esperábamos y lo que hemos visto (igual que con cualquier producto).

Por eso es tan IMPORTANTE que los valores que ofrece un lugar (al igual que un producto) sean reales, acordes a lo que realmente se va a encontrar el visitante.

DUBLÍN

Bueno, pues este es mi breve resumen de mi experiencia personal en Dublín, destino que no había tenido la suerte de conocer hasta ahora.

Mi expectativa respecto al lugar era «generalista», por decirlo de alguna manera. Los valores que asociaba a Dublín podían resumirse en palabras como: verde, lluvia, música, cerveza, pubs, Guinness, tradición, inglés, conservador.

Y sí, no iba mal. Es todo eso y me ha parecido que mucho más.

Dublín tiene la magia de ser una gran ciudad que parece un pueblo. Como si el escenario de una historia de principios del siglo XX se hubiera mantenido y sólo cambiaran los personajes que se mueven y aparentan acordes a lo que supone el siglo XXI. El mar está presente hasta cuando no lo ves, más allá del color o el olor, su sonido se traslada a través de las gaviotas que se mueven con comodidad entre peatones, vehículos y barrios residenciales. Y la brisa en Dublín que deja de ser brisa para convertirse en viento permanente, agreste como el perfil de los rudos acantilados que bordean todo el perímetro de la isla.

Dublín es ciudad activa, viva con el sonido de la música en multitud de esquinas o a lo largo de calles con ilustres del panorama internacional como los miembros de U2 u otros de orgulloso origen irlandés como los hermanos Gallagher, que observan desde carteles, camisetas o pintadas en las paredes. Ahora entiendo el sentido de las notas que rascan como lo hace el clima de la tierra o el color del cielo (pudimos experimentar la llegada de la tormenta tropical -¡qué contradicción! – Ophelia, que paralizó el país una jornada completa)

Y es muy irlandés (que no british) porque les encanta el té, el fish and chips, comen a horas raras y van mucho al pub. Son de un trato agradable, cercano, amable y educado.

LA IMAGEN DE UN LUGAR

Cuando pasas unas pocas jornadas en un lugar, puedes extraer pocas, muy pocas conclusiones de su esencia. O no. Sea lo que sea, lo vivido es lo real para cada uno de nosotros. Quería resaltar una cuestión que me ha llamado poderosamente la atención en Dublín, la apariencia de todo : fachadas, espacios de venta, packaging…¿será deformación profesional? Sin duda.

Hablamos de la globalización que sí, que existe, que cada vez nos parecemos más en todo pero no podemos ignorar que la esencia-personalidad de una cultura está muy arraigada, se construye a lo largo de muchos siglos y marca una diferencia clara difícil de eliminar (¡y que se mantenga, por Dios!). Os cuento algunos detalles:

  • Los puntos de venta que recuerdan a las tiendas clásicas de principios del siglo XX cuando comenzaba el consumo
  • El interiorismo de cafés, bares,.… con esta intención de crear salones de estar, más propios de un hogar que de un local de calle
  • El PACKAGING, un placer para la vista. No se puede dejar de mirar ni de descubrir propuestas con un marcado estilo fácil de identificar pero totalmente distinto al nuestro
  • Los letreros en el suelo indicando hacia que sentido hay que mirar para cruzar la calle
  • Las casas que crean una línea gráfica muy singular a lo largo de las calles. Todas iguales y grises com del cielo. Quizás sea esa la razón por la que hay tanto color en los productos, tiendas y lugares comunes.

 

¡Pena no poder ser de muchos sitios en una sola vida! Volveremos a conquistar el resto de la isla.

 

 

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